EL AFTER EGO.

La Real academia española lo define como “persona en quien otra tiene absoluta confianza, o que puede hacer sus veces sin restricción alguna” en otras palabras sería “el otro yo” y desde la psicología “la segunda personalidad de una persona”  donde infiere una especie de disociación y el actuar es diferente, coloquialmente la persona se encuentra en una lucha  moral interna  entre el mal y el bien.

Para Freud, el alter ego es un repertorio de distintos estados de conciencia, cada uno con sus propios atributos de personalidad, en este caso el Alter ego es un segundo estado de conciencia y se traslada a una segunda identidad, asumiendo otros roles y actitudes fuera de lo que nosotros acostumbramos a mostrar , es decir “vivir como alguien más”.

Soy parte del constructo comunitario y personal, el autoconocimiento o desconocimiento viene de ambos, sin embargo, cada vez que nos preguntan ¿Quiénes somos? Solemos definirnos desde lo que los demás piensan y dicen de nosotros,  ¿Quién soy? Implica un arduo y tediosos camino para reconocer nuestras otras caras ocultas, podríamos decir que somos camaleónicos y elegir que aspectos de nuestra personalidad pretendemos fomentar en mi otro yo, un ejemplo sería si suelo ser extrovertido quizás me  gustaría ser  un tanto introvertido, para ello  ¿Qué podría hacer? Tal vez involucrarme un poco más en actividades sociales, hacer algún deporte de equipo, cambiar mi outfit (ropa, peinado…), es importante que te sientas capaz de  asumir este nuevo rol y te genere bienestar y no malestar.

Lo anterior concluye en que la identidad es flexible y activa, al grado de que al salir de nuestros roles rutinarios o conocidos, podamos adherirnos a nuestro alter ego, por supuesto; que como la moneda tiene dos lados, el alter ego es igual puede ser un rasgo positivo o un rasgo negativo.

El alter ego puede ser valioso y benévolo a la hora de enfrentar retos, situaciones de malestar emocional y gestionarlas, si este se sale de nuestro control es muy probable que se vuelva en contra y no a favor de nosotros mismos. Como se ha mencionado anteriormente la personalidad tiene diferentes caras, podríamos hacer un símil con un poliedro que está formado de varias facetas, en este caso se define como personalidad poliédrica y maleable.

Al alter ego se le asigna el protagónico desde la psicología como un recurso que ayuda a callar nuestros miedos, a gestionar nuestros diálogos internos negativos, que suelen ser los grilletes que nos atan para no avanzar.

Es tiempo de salirse del marco y explorar que más hay en mi, que he mantenido oculto, sin importar ahora lo que me llevo a quedarme ahí, ahora es el momento de auscultarlo y sacarle el mayor provecho, para esto se recomienda:

  1. Distanciarse psicológicamente de tu yo rutinario, atreverse  y dejar a un lado lo que te limita que puede ser miedo, miedo a no poder, miedo a lo que los demás puedan pensar, miedo al ridículo… y canjearlo por esa imagen deseada que es atrevida, sin miedo y poner la cereza del pastel que sería el confiar en ti mismo.
  2. Autodescubrirte y autoexplorarte, son las linternas para ver más allá de tu personalidad y alumbrar tus nuevas virtudes, y más que nuevas, se encontraban anestesiadas, quizás  alguna vez las manifestantes como deseos y la constante fue encontrar excusas para no ir por ellos. Ayuda tener a alguien a quien admiras y verlo  como tu mentor para ir adelante. Hasta aquí todo va bien, cuidado con las bandera rojas  si sientes que tu alter ego esta fungiendo como un mecanismo de defensa para evitar tu realidad o evitar algo que no te agrada.
  3. Aumentar la  perseverancia, busca algo o a alguien que te inspire, como el efecto Batman, una muletilla psicológica que puede ayudarte. 
  4. Mejora la autoconfianza y autoestima, al espejearte  con los rasgos positivos  de esa figura de admiración, no olvides que la estima al ser un constructo psicológico no es  persistente y puede decaer al paso del tiempo. No olvides vitaminarlo el día a día.
  5. Creatividad e innovación permean como parte del alter ego, al liberarte  de patrones restrictivos  y expectativas  de tu personalidad usual, el resultado encontrar nuevas formas de solucionar, hasta el momento inexploradas y desconocidas por ti, esto no quiere decir que te vas a colocar en tu zona de confort, no, no, no  esto  tiene una temporalidad y con fines terapéuticos, estás son herramientas para lograr avanzar en cualquier área de tu vida.

Mi propio alter ego, es original y único por ello es necesario que tengas claro ¿Qué  áreas de tu personalidad necesitas mejorar? ¿Qué buscas con esos cambios?, escoge un nombre que represente las características del personaje  que admiras y crea tu propio nombre; es importante no perder tu identidad principal y darle ese espacio a tu alter ego, para ello es necesario que definas   cómo y cuándo utilizar tu yo alternativo, para no desdibujar o confundirlo con tu verdadero ser.

La construcción del  alter ego debe de ser  usado de manera consciente y responsable, su propósito final no es la adopción, sino un recurso temporal, de hacerlo permanente corremos el riesgo de desarrollar un trastorno de identidad disociativo, sobre todo si le das el lugar protagónico  para escapar de  la realidad, Dejémosle los papeles secundarios en tu vida.

Referencias

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